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Funciones de un tutor

La tutela legal, sea de un menor o de una persona incapacitada, consiste en una figura jurídica que tiene como fin proteger los bienes y derechos cuando estos no tienen la capacidad de hacerlo por sí mismos. Se trata de una figura muy importante y de gran responsabilidad que se encuentra protegida por el Código Civil de España.

En este artículo te explicamos todo lo que tiene que ver con el tutor legal, así como sus funciones y quién puede ejercer como tal. Sigue leyendo para más información.

¿Qué es un tutor?

Un tutor, o tutor legal, es una persona que se encarga de la tutela de una persona. Es decir, de cuidar de la persona y de velar por su salud, así como por sus derechos, intereses y bienes. Por lo general los tutores suelen encargarse de menores en cuyo caso hayan perdido a sus progenitores o de personas con incapacidad mental que no cuenten con nadie que puedan cuidar de ellos. Una de sus funciones más destacadas es la de representarlos ante los actos jurídicos.

Por lo general, la tutela se realiza sobre una persona cercana a él/ella.

La persona que lleva a cabo la tutela de un menor o de una persona inválida debe haber sido declarado como tutor de manera judicial.

Funciones de los tutores

Las funciones de los tutores legales consisten, más bien, en una serie de obligaciones que deben asumir quienes lleven a cabo la tutela de una persona dependiente, como un menor de edad o una persona con discapacidad —incapaz de valerse por sí misma—. Estas son las obligaciones de los tutores legales:

  • Velar por la salud, así como por los derechos, intereses y bienes de la persona a tutelar.
  • Informar al juez aportando información sobre la situación personal del tutor, la situación familiar y sentimental, y el lugar de residencia, en caso de que haya habido un cambio de esta.
  • Proporcionar una educación adecuada a la persona que vaya a ser tutelada.
  • Presentar un informe anual de la situación económica del tutelado ante el juzgado.
  • En el momento en el cual se vaya a asumir la tutela, la persona encargada de la misma debe presentar ante el juez —en un plazo de dos meses, como máximo— un informe con los datos de todas las deudas, créditos y cargas, y bienes que conformen el patrimonio de la persona tutelada.
  • Asumir la responsabilidad de los bienes de la persona que vaya a ser tutelada y sobre los daños que pueda ocasionarle como consecuencia de sus actos.
  • Representación de la persona tutelada ante los actos jurídicos. El tutor actúa en nombre del sujeto, haciéndose responsable de sus intereses siempre con buena fe.

¿Cuándo finaliza la tutela?

La tutela de una persona puede finalizar en varios casos, por ejemplo, cuando el menor cumple la mayoría de edad. Ocurre lo mismo en caso de fallecimiento de la persona dependiente o en caso de que la persona encargada de la tutela no pueda continuar ejerciendo como tal —en cuyo caso, deberá avisar al juez para que esta sea asumida por otra persona—. En cualquier caso, cuando la tutela haya finalizado, la persona que ha ejercido como tutor debe presentar ante el juzgado un informe que recibe el nombre de rendición de cuentas. Este informe debe ser presentado desde el momento de cese o finalización de la tutela en un plazo máximo de tres meses.

Cómo ser tutor legal

No todo el mundo puede optar a la tutela de otra persona. Existen unas condiciones que deben cumplirse. Y es que para que una persona pueda ejercer como tutor de otra persona es fundamental que haya sido designado por un juez en todos los casos, tal como se especifica en el Código Civil en su artículo 324. El mismo describe que la persona que sea tutor debe cumplir con las siguientes condiciones, además, se sigue un orden de preferencia, tal como se indica a continuación, para su designación:

  • Haber sido designada por la propia persona que necesita la tutela, independientemente de si existe parentesco o no.
  • Pueden asumir la tutela los padres del tutelado.
  • El cónyuge que resida junto a la persona que vaya a ser tutelada.
  • Los tutores legales pueden ser nombrados por los padres, indicándolo en el testamento o en un documento público notarial.
  • Familiares, como hermanos, ascendientes o descendientes de la persona tutelada, estos deberán ser designados por un juez mediante sentencia judicial.

Aunque el orden a seguir es el especificado más arriba, existen determinadas situaciones en las cuales el juez puede alterarlo y conceder la tutela a quien estime oportuno, tal como se indica en el Código Civil.

Se debe tener en cuenta que, en el caso de designar la tutela a una persona incapacitada, cada comunidad autónoma establece unas preferencias distintas, por lo que es aconsejado que se consulte la normativa referente a ello en cada caso.

La sentencia judicial determina al sujeto que se encargará de llevar a cabo la tutela sobre una persona incapacitado o un menor no emancipado. Una vez que se concede esta obligación no es posible renunciar a ella por voluntad propia, excepto en algunos casos.

¿Cuánto cobra un tutor?

Se debe tener claro que ser tutor legal de una persona no es una profesión u oficio. Por lo tanto, no se percibe ninguna cuantía por ello. Es decir, no existe ánimo de lucro. En caso de que los tutores legales renuncien a la tutela, siempre que se alegue cualquier motivo justificado y no exista un familiar o persona que pueda hacerse cargo del sujeto —como la incapacidad a causa de la edad del tutor, conflictos económicos o personales con el sujeto a tutelar, condiciones laborales que impiden el cuidado con plenas garantías para la persona a tutelar o la incapacidad física y psíquica de la persona designada como tutor—, esta pasará a una persona jurídica de carácter público o privado. A ello se le conoce como remoción de la tutela.