Siempre que visitamos un lugar por primera vez nos hacemos una primera impresión de manera automática, tanto si se trata de un restaurante, como de una oficina laboral o de la casa de nuestro amigo/a. La primera impresión se forma a los pocos segundos al visitar un nuevo lugar o al conocer a una nueva persona y esta influye en el comportamiento posterior o, más bien, en la predisposición que pueda tener un cliente para continuar comprando, por ejemplo, o en seguir conociendo a una persona en concreto.
La primera impresión en un negocio es independiente de los servicios que se ofrecen, o de la calidad de los productos, puesto que esta se forma en el primer momento. A veces, es suficiente con un rango de 30 segundos. Es por ello que la decoración de nuestro establecimiento, negocio, local, restaurante, bar u oficina resulta tan importante. Es aquí donde entra en juego la labor de los decoradores de interiores. A continuación, te explicamos lo que necesitas saber sobre esta profesión y cuáles son sus funciones. ¡Sigue leyendo para más información!
¿Qué es un decorador de interiores?
Un decorador de interiores es una persona que se encarga de diseñar espacios interiores de acuerdo a unos criterios estéticos y funcionales. Los decoradores de interiores planifican los espacios interiores junto a sus clientes, para ello se encargan de presentar un proyecto que se adecúe a sus necesidades y preferencias y, por supuesto, a su presupuesto, así como de ejecutarlo y supervisarlo. El decorador de interiores lleva a cabo todo el proceso de la decoración, desde la planificación del proyecto, hasta que este es finalizado, contratando los servicios que sean necesarios para cumplir con el proyecto aprobado previamente por el cliente.
Principales funciones de un decorador de interiores
Como explicábamos en el punto anterior, las funciones de un decorador de interiores son muy variadas puesto que lleva a cabo todo el proyecto, desde su planificación, hasta su ejecución. Estas son las principales funciones de un decorador de interiores.
Planificación del proyecto
Desde el momento en el cual el cliente se pone en contacto con el decorador de interiores, este deberá encargarse de planificar el proyecto. El decorador de interiores necesita, por tanto, conocer al detalle cuáles son las características del espacio a diseñar, el presupuesto con el cual cuenta el cliente y las formas que tiene para mejorar el espacio. Un buen decorador de interiores debe repensar la planificación para que esta sea más práctica y para que cumpla con el objetivo que se marca. Para ello, hará uso de planos y modelos, mapeará la ubicación de las paredes, ventanas, puertas, accesorios de iluminación y enchufes y decidirá los materiales a utilizar.
Hacer recomendaciones al cliente
Aunque el cliente ya cuente con una idea desde el primer momento, el decorador de interiores debe aconsejarle en base a su experiencia de cuál es el mejor estilo de acuerdo a las especificaciones, cuáles son los materiales más recomendados para usar en una u otra cosa y todo lo que considere oportuno en base a su experiencia profesional. Además, en la medida de lo posible promoverá la utilización de materiales ecológicos siempre que el cliente lo autorice.
Presentar el proyecto
Una vez que el decorador de interiores haya planificado el espacio deberá proceder a presentar el proyecto al cliente —esté habrá sido elaborado acorde a las necesidades, preferencias y presupuestos, como indicábamos arriba—. El proyecto debe incluir planos e ilustraciones gráficas de cómo quedará el espacio, además de dibujos y esquemas. Por supuesto, el proyecto contemplará cuál es el presupuesto final, si existen alteraciones en él y en qué se destinará cada uno de los gastos.
Gestionar el proyecto
Tras contar con la aprobación del cliente, el decorador de interiores deberá proceder a gestionar el proyecto. Para ello, tendrá que cumplir con las siguientes funciones:
- Adquirir los materiales necesarios.
- Contratar al personal especializado.
- Ser enlace entre el cliente y los proveedores, profesionales o personal subcontratado.
El decorador de interiores se encargará de elegir el estilo de los muebles y de adquirir los productos que necesita el cliente según sus necesidades y especificaciones. Para ello, tendrá que contar con proveedores especializados en la venta de muebles, como es el caso de la tienda online de SpyDesing, que ofrece muebles de marca y de diseño con grandes ofertas y promociones, así como muebles económicos —para todos los gustos, adaptados a las especificaciones y presupuesto del cliente—. En lo referente a la adquisición de los materiales, el diseñador de interiores tendrá que adquirir también los objetos de decoración —como cuadros, relojes, espejos, jarrones, centros para la mesa…—, así como elegir el color y estilo de la tapicería, la pintura de las paredes y el techo, el pavimentado del suelo… Tendrá en cuenta los criterios estéticos de los muebles y de los objetos que adquiera.
Supervisar proyecto
Además, la función del decorador de interiores consistirá en la supervisión del proyecto. Para ello, deberá encargarse de que se cumpla con los diferentes plazos por parte de los proveedores, profesional o personal subcontratado y de que el proyecto avance como debería. El supervisor pondrá orden durante la ejecución del proyecto, informará al cliente de cómo va avanzando y si existe algún contratiempo. Se encargará, en cualquier caso, de asegurarse que se cumpla con los plazos establecidos. En esta etapa, el decorador de interiores será el enlace entre el cliente y el personal.
Funciones de un decorador de eventos
El decorador de eventos forma parte del personal de una empresa organizadora de eventos. Este se encarga del diseño de un evento específico, ya sea para una empresa o para un particular —como puede ser una boda o un cumpleaños—. La persona responsable de la decoración de un evento se encargará de transformar el espacio y de embellecerlo de forma parcial o permanente, según la finalidad específica. Su labor, por tanto, requiere contar con una gran sensibilización para organizar y distribuir los elementos de una forma armoniosa y práctica y hacer uso de los cinco sentidos tendiendo en consideración los colores e iluminación, las texturas, los objetos, los sonidos e, incluso, los aromas.